ESCAPADA A KYOTO
Cuando decidimos con el #ComandodeChicas armar un viaje a Japón, empezamos a planearlo con un sake colado entre los mates, un mapa y un manojo de certezas. La primera: que teníamos que elegir un buen lugar dónde parar a mitad del viaje para achicar el jet lag. Nos pusimos de acuerdo y entre todas votamos Ámsterdam para un stop de tulipanes, castillos y canales que nos resultó definitivamente, la ciudad más linda de la tierra.
La segunda: es que teníamos una semana (7noches) para Japón mientras en Bs.As. quedaban hijos, maridos, trabajos, rutina…. Así que dejamos de llamarlo Japón y nos enfocamos en Tokyo. Una semana era perfecto para conocerla y desmenuzarla a nuestro estilo y traerte los mejores tips para que pudieras armar tu propio plan si estabas pensando viajar a esta ciudad que despierta tanta intriga y pasión.
La tercera: que nos quedábamos con ganas de Kyoto pero que sinceramente el tiempo no daba porque era una ciudad grande, alejada y con muchísimo para ver.
Pero como sucede con muchas certezas, a veces se rompen y estando en Tokyo nos dieron unas ganas locas de ir a Kyoto por el día. Así que con el #ComandodeChicas armamos el plan, nos subimos al tren bala y partimos a la aventura, por eso titulé esta nota “Escapada a Kyoto”, porque fue 1 día tan intenso como productivo y tan exhausto como mágico .
Si Kyoto valio la pena…??? Si!!! Si alcanza con una “escapada”? No, por supuesto que no. Si estás pensando en un viaje largo a Japón sin duda Kyoto es un 2/3 días pero si tenés 7 días como nosotras, tenés que saber los pro (y contras) de ir y volver en el día.
Definitivamente Kyoto es una maravilla, donde ves y olés el Japón tradicional, donde se repite como en Tokyo esa sensación del Reino del máximo respeto, todo es prolijo, ancestral, y con esa fibra que atraviesa la cultura, que es el budismo y los miles de templos que hay, milenarios, porque es una de las pocas ciudades que no fue bombardeada en la guerra.
COMO VIAJAR A KYOTO
Si querés conocer varias ciudades de Japón lo mejor es que antes saques el JRP (Japán Rail Pass) que es como el EurailPass de Japón y te lo envían a domicilio, incluye todos los trenes de corta y larga distancia (de esa línea) a un precio fijo para turistas de aprox. U$252 + (envío) la semana (o sea, no es barato), si tu tiempo de viaje es más largo, el precio aumenta a casi el doble.
Este pase incluye la Yamanote Line, que es lo más para usar en Tokyo! si querés saber más sobre la Yamanote y cómo moverte en Tokyo leé la Nota 1 de #ChicasenTokyo.

Lo sacamos por ventanilla en la Tokyo Station (también se puede comprar online y más te anticipás mejora el precio). O sea, el transporte en Japón es caro, aunque sin dudas, de los mejores del mundo.

COMO ORGANIZAR 1 DÍA EN KYOTO
Para empezar, Kyoto es una ciudad grande (muchos sugieren recorrerla en bici pero para mí es más grande de lo que al menos yo aguanto en bici jajaja, y tiene colinas, muchísimas), hay que desplazarse para conocer los principales templos , tomar buses, subtes y trenes, nada es walking distance así que nos pusimos de acuerdo y decidimos que para hacer rendir nuestro día en Kyoto íbamos a contratar una guía. En Japón y en casi todas las ciudades es común que estudiantes se ofrezcan gratis o por poca plata. También hay jubilados que para seguir activos son guías voluntarios. Te juro que esta sociedad y sus valores no pararon de darnos cátedra todo el viaje.
Ojo, contratar guía no es obligatorio, ni indispensable para que conozcas ninguna ciudad de Japón, pero nosotras preferimos hacerlo para aprovechar mejor nuestro DÍA en Kyoto. El sistema de guías recomendado por el Gobierno lo podés ver en este link, a nosotras nos pasó el contacto una amiga y dimos con Yuka, una aprendiz de guía que nos ayudó a no perdernos en las conexiones de subte-tren-colectivo y nos charló como una amiga y nos ayudó a disfrutar al máximo.
QUE VER EN KYOTO
Al bajar del tren del futuro llegamos a la estación del futuro! Kyoto Station es Futurama y gigante!!!
Salimos y ahí nos esperaba Yuka, tomamos 2 subtes y 1 colectivo para llegar al primer Templo del recorrido, en la estación están todos los medios de transporte hacia los diferentes puntos, así que es el mejor barrio para hospedarse (nosotras no lo hicimos porque esa noche volvimos a Tokyo).
En Kyoto es indispensable tomar decisiones. O sea, qué, cuántos y cuáles templos ver y a dónde ir. Seguramente, y como nos pasó a nosotras, antes de viajar leíste sobre miles de lugares y querés verlos todos, hasta que tenés que pasar de la fantasía a lo que realmente podés en el tiempo que tenés.
Sobre nuestra lista de deseos, Yuka sugirió enfocarnos en 2 templos principales y el bosque de bambúes de Arashiyama que era innegociable.
TEMPLOS, SANTUARIOS y EXPERIENCIAS
Te miento si te digo que me acuerdo el nombre de todos, jajajaj. En Japón hay nombres imposibles de pronunciar y al 5to día empezás a nombrar templos como si los conocieras de toda la vida, te hacés la canchera, pero en realidad… estás mezclando todo, no sabés si era un barrio, un templo, de Tokyo o Kyoto, budista o sintoísta, o una forma de decir “chau, hola o cuánto cuesta”, definitivamente memorizar en japonés es imposible.
- Kinkaku-ji. Pabellón de Oro o Golden Temple
Nuestro Kyoto empezó acá. Es todo oro de verdad, de fines del 1300 y Patrimonio de la Unesco.

- Pontocho y Gion. Barrio de las Geishas
El Pabellón Dorado nos llenó el alma pero la caminata nos dio mucha hambre así que emprendimos viaje al famoso Barrio de las Geishas para perdernos por sus calles y almorzar.

En nuestras almas hambrientas aparecía algo que habíamos leído sobre Kyoto: que durante más de 1.200 años había sido capital de Japón y cocina de la Corte Imperial, los nobles comían de maravillas: sushi, tempura, soba, ramen.

Una experiencia que tenés que probar, el sushi va en la cinta transportadora alrededor de la barra, las piezas giran en platitos y vos elegís, comés y luego pagás.

El barrio parece un laberinto detenido en el tiempo, las mujeres visten de geishas (ahora es por tradición o elección, ideal ver o leer Memorias de una Geisha para entenderlo casi todo), muchas son turistas que alquilan los trajes en casas de kimonos y vos también podés vestirte así.
Caminan ancianas con bastón, prolijas, coquetas, mamás con hijas, chicas jóvenes, están las geishas y las aprendices, las “maikos”, su ropa y maquillaje es diferente (las más coloridas son maikos), hay tiendas artesanales, miles de puestos de comida, de galletitas, cantinas japonesas, algunas están sobre el río Kamo y tienen terrazas donde sentarse a disfrutar.
Es un lugar ideal para venir al atardecer y deleitarse la vista, los farolitos de papel se van encendiendo y la noche se vuelve mágica. Acá me hubiera quedado por horas!!! Del otro lado del rio queda Gion y es EL lugar para vivir una ceremonia del té.
- Kiyomizu-dera
Después de los barrios tradicionales nos fuimos a conocer un conjunto de templos sobre la cima de una colina y el mayor coronando en lo alto.
Calles empinadas, larga caminata, templos de miles de colores, mucha gente, y negocios. El budismo no puede escapar a la venta de cosas de todo tipo.
Y subiendo la colina ahí apareció imponente el Kiyomizu, que toma su nombre de las cascadas del complejo que bajan a las colinas cercanas. Kiyomizu es agua pura, agua clara y es uno de los monumentos históricos más antiguos, son todas maderas encastradas, ni un solo clavo.

Es una caricia para el alma y un cansancio en el cuerpo, combinación que te hace sentir que estás muy viva.
- Arashiyama
El corredor de bambúes de Arashiyama era lo que más queríamos ver en nuestro recorrido pero sabíamos que estaba complicado porque queda en las afueras de Kyoto. 30 minutos más de tren al oeste y es un destino al que podés dedicarle un día completo, si tenés tiempo. Y fue tan mágico como lo soñamos.

Hay mucha gente, sí, pero si venís leyendo todas las notas de nuestro viaje entendiste que hay contemplación, hay emoción, hay armonía, pero también muchos turistas.


Con Arashiyama y su corredor de bambúes nos despedimos de Kyoto, fascinadas y respirando bocanadas de paz .
QUÉ MÁS VER EN KYOTO
No quería terminar esta nota sin contarte lo que creo podrías sumar en Kyoto si tenés más de 1 día en la ciudad.
-Hay más templos, santuarios y palacios para ver… el Palacio Imperial, el camino de los Filósofos, muchos muchísimos. Antes de ir investigá cuáles te gustan y seleccioná algunos. Acordate que si te llenás de templos corrés el riesgo de empalagarte. Japón, como te vengo contando y viste en el recorrido que hicimos con el #ComandodeChicas, es mucho más que el Japón imperial.
-Kyoto moderna: Kyoto es la postal del Japón imperial pero evoluciona como la humanidad así que tomate un tiempo para vivir la Kyoto millenial, área Kyoto Station.
–Fushimi Inari-taisha: si viste fotos de Kyoto seguro lo identificás por los miles de toriis rojos en un pasillo al infinito que marcan el camino en una colina. Se decía en la antigüedad que la montaña Inari era “patrona de los negocios” entonces cada Torii del santuario fue donado por algún empresario japonés que rinde culto a Inari esperando riqueza. Los toris convierten el paisaje en una foto postal rojo furioso y magnético. Son más de 30mil (4 km) así que si sólo querés ir, conocerlo y tener tu hermosa foto, caminá un rato y salí por la puerta principal. No recorras los 30mil porque te puede tomar las vacaciones enteras! Ojo, queda alejado del centro de Kyoto, hay que tomar tren al sur (el Keihan o la JR y llegás en unos pocos minutos).
–Experiencia Onsen: el onsen es una experiencia cultural que me encanta, son los baños tradicionales japoneses y tan famosos como el karaoke. Kyoto no es la ciudad con más onsen de Japón pero tiene algunas alternativas para que disfrutes. El más famoso y antiguo queda al norte de la ciudad, en Kurama, y se llama Funaoka Onsen. Si querés más onsen acá un link con sugeridos .
-Ceremonia del té: Nosotras tuvimos nuestra ceremonia del té en Tokyo y elegimos una de vanguardia, ultra moderna y minimal en el barrio Roppongi , conocela acá pero si queres ir a una bien tradicional, Kyoto es LA ciudad, solo en el barrio Gion hay más de 100 casas de té. Para los japoneses es un ritual y la forma de prepararlo toma conceptos del budismo. Es muy lindo verlos en esa especie de transe, sentados en el tatami y con su kimono. Pero si nos atenemos a la auténtica ceremonia hablamos de 4hs. así que buscá un lugar que te ofrezca algo más occidentalizado porque es larga. Otro tema. Muchas son en japonés, otras en inglés, ninguna en español. Pero creo que se siente desde el alma, sin necesidad de que entendamos la lengua. Cuando tuvimos la nuestra en Tokyo, aprendimos que en el “arte del té” se cumplen “cuatro palabras clave”. WA armonía, KEI respeto, SEI pureza y DJAKU calma. Japoneses sabios.
–Ryokan: dormir en un ryokan, como los hoteles cabina, son folklore japonés que podés elegir como experiencia. Pero no creas que más barato que un hotel, es algo para una noche, a lo sumo 2. Hay distintas categorías, los más baratos (tatami y futón sencillos) sí pueden ser una opción más económica que hotel y están los de lujo, la lista de precios y sus comentarios podés verla en booking o tripadvisor o cualquier app de turismo. Hay en distintos barrios de Kyoto, si es para hospedarte todos los días indispensable que te fijes tenga buena conexión de metro.
–Vestirte como geisha o samurai: como te conté antes, en los barrios tradicionales donde están las geishas –Gyon o Pontocho– también ves turistas vestidos, podés alquilarlo, maquillarte, kimono, peinado, zapatos y caminar por la ciudad así. Algo que tenés que tener en cuenta es que el ritual del kimono toma más de 2 hs y vale más de U$50, ni te digo peinarte o maquillarte, así que no es apto si tenés poco tiempo o poco presu. Y no te imagines andar así yendo templo por templo, no! el alquiler a lo sumo es por 45´ y caminar con los pasitos cortos del kimono y las sandalias en el empedrado es casi de equilibristas jajaja. A nosotras nos costaba hasta en zapatillas!!! Pero si tenés tiempo puede ser una experiencia con mucha onda entre amigas.
VUELTA A TOKYO
El podómetro que usamos en el viaje este día nos marcó record de agote. Pero también de felicidad. Caminamos más de 40mil pasos (o algo así jajaja) y nos puso en el tren de vuelta a Tokyo a dormir como bebés. Kyoto me resultó mucho más Japón que Tokyo y me queda en el corazón para siempre, con el amarillo del templo dorado, el blanco de la cara de las geishas, el verde del bosque de bambúes y el multicolor de todas las cerámicas y tacitas que compré y se me colaron en la valija.
Si querés seguir leyendo sobre nuestro viaje a Japón no dejes de ver las notas que publicamos sobre Tokyo.