VIAJAR AL PASADO COMO EN UNA PELÍCULA
Como muchas saben, mi vida (que no es muy distinta a la de muchísimas de ustedes mis lindas lectoras), es un rompecabezas de piezas compuesto por Andy mamá, Andy esposa, Andy directora general creativa de una Agencia de Publicidad, Andy amiga, Andy hija, Andy hermana y Andy convertida en esta mujer que no se como ni porqué vuelta del destino , se puso a escribir para ustedes, todos los tips que acumulé en tantos años de viaje a NY y ahora, los que traigo de cada destino que voy conociendo y que comparto en el blog y en la nueva cuenta de Instagram @chicasdeviaje_. Porque me encanta, porque me hace feliz saber que lo disfrutan, lo agradecen! que enriquecen sus experiencias de viaje, que se deciden por tal o cual destino, que les genero curiosidad de explorar nuevos …. Y que las animo siempre a más y a disfrutar al máximo con #VivamosNuestrosSueños como lema. Y todo eso me lo hacen saber con sus comentarios en las redes sociales y en los miiiiiiles de mails que me envían con palabras hermosas certifican que el esfuerzo vale un millón de veces la pena. Y me gusta decir que soy Andy-Pulpo, no soy una superhéroe ni tengo poderes porque definitivamente NO puedo todo, ni hago todo BIEN. Pero les aseguro que el amor y la pasión son el mejor poder y que todas ustedes ahí detrás de la pantalla y el celular, son mi mejor combustible, mi criptonita. Esta intro era para contarles que en medio de nadar como pulpo sentí que necesitaba vacaciones. Se lo conté a mi marido y así fue como decidimos planear viaje a Cuba con nuestro hijito Eliseo (que como va al jardín, no tiene restricciones de calendario escolar, por ahora!).
Cuba era un destino que tenía en mi “wish list” y venía postergando. Y ahora que volví, se que fue el mejor sitio para detenernos, poner el celular en modo off (que bien se siente estar sin wifi) y disfrutarnos en familia como la máxima y gran distracción. Acaso hay algo más hermoso que esto después de ser todo el año un pulpo? Jajajaja.

PRIMER DESTINO: LA HABANA
Estamos acá recién llegados, mi marido, mi hijo y yo en un auto que parece de colección y que Ovidio, nuestro chofer, cuida con delicadeza extrema como si fuera su pariente, lustrándolo en cada parada. Nos va contando todo mientras miramos la ciudad desde la ventana. Habla mucho y con pasión como casi todos los cubanos que conocimos, que son hiper generosos, cultos y fanáticos de su historia.

Esta ciudad te obliga a cambiar el chip. No estamos en el lado capitalista del mundo entonces siento que… empezamos a necesitar menos, que andamos más livianos… No hay carteles, ni marquesinas ni neones (excepto propaganda política) y aunque mi marido y yo somos publicistas, sentimos que nuestra mirada se alivia de los imperativos publicitarios “compre, tome, use” y entonces se encienden otros estímulos más profundos, más prehistóricos, más elementales.

Somos observadores curiosos de las grietas que dejó la Revolución en casi todos los edificios. Nos sentimos una especie de nativos de Futurama en un set donde filman una peli antigua y eso nos emociona.
Antes de salir de Bs.As, un poco charlando con amigos y otro poco leyendo en el avión, guías y libros del Che y la Revolución, anotamos algunos puntos de interés que debíamos visitar… la Plaza de la Revolución, el Gran Teatro de la Habana, Hotel Ambos Mundos, Palacio del Segundo Cabo, Fortaleza de San Carlos, todos los rincones de Hemingway… y un sinfín más pero el mayor regalo que nos dio La Habana, no fue UN lugar sino el relato generoso de cada uno de los cubanos que conocimos andando en el camino. Charlar con la gente es el mejor viaje que podés hacer a La Habana.
Pero si estás pensando en este destino como vacaciones, interrumpo este relato que escribo con el corazón en la mano y te cuento qué no deberías perderte en La Habana, desde mi experiencia:
–Recorrer La Habana en cocotaxi, cuesta levemente más caro que el taxi pero andás con el viento en la cara… antes de subir tenés que pactar el precio con el conductor aunque muchos tienen reloj tipo taxi. Tiene capacidad solo para 3 personas (ideal porque nosotros éramos 3) y es una especie de motito con forma de coco ideal para cortas y medianas distancias.
-Visitar “Fusterlandia”, la casa-museo del pintor José Fuster, es un paseo fuera del circuito tradicional, a pocas cuadras del mar y seguro que lo amás! Él mismo la hizo con pasión y los más lindos colores de Cuba! Trabaja con mosaiquismo y es un homenaje a Gaudí, allí vive y tiene su taller y es gratis!. Es increíble ver cómo florece el arte más allá de los recursos, cómo surge la necesidad de expresar sin excusas, cómo la voz de un artista le pone emoción a un rincón que forma parte de uno de los barrios más humildes de la Habana y lo convierte con tanta alegría.
–Cenar en El cocinero Restaurant. Hay dos restaurantes, uno que abre solo de noche y al que sugiero ir y disfrutar su terraza al atardecer o la noche!. El gazpacho es excelente, está fuera del circuito tradicional, en un barrio de casas bajas (Calle 13 entre 20 y 11 La Habana) y lo reconocés por su gran chimenea de ladrillos.
-La cúpula impresionante del Museo de la Revolución (Calle Refugio nº1,). Era el Palacio presidencial antes de la Revolución y su arquitectura es hermosa, tiene áreas bien conservadas y otras que no y una cosa que me resultó curiosa es que el interior, que es de principio del siglo XX, lo decoró La famosa Tiffany’s de New York. Acá ves toda la historia de la revolución contada por el estado cubano, en 2 horas creo que se recorre perfecto y es una visita obligada si estás interesada en conocer la historia de la revolución, acá tenés una habitación donde se muestra todo sobre la vida del Che. Cuesta 4 CUC y 6 CUC si contratás guía.
–La vista desde mi hotel. Nosotros nos hospedamos en plena Habana vieja en el Iberostar Parque Central. No tenía muchas expectativas de la hotelería en Cuba pero la verdad es que este Hotel me sorprendió. Me encantaba mirar desde la terraza, con unas mesitas divinas para tomar algo y con esta vista de la ciudad.

Y también me llené los ojos de los increíbles interiores de nuestro hotel, el Iberostar Parque Central.
-El Gran Teatro de La Habana (Centro Gallego) que es mágico y queda en el famoso Paseo Martí. Su fachada neobarroca me enamoró y al atardecer me encantaba verlo desde mi hotel cuando encendía sus luces. Es sede de la ópera y del Ballet Nacional de Cuba y uno de los edificios históricos más importantes y mejor conservados.
Amé el Barrio Chino, si! Un barrio chino en La Habana pero sin un chino! Jajaja;llegamos ahí medio de casualidad y resultó ser un barrio comercial medio fantasma, un lugar rarísimo y aunque nosotros fuimos, definitivamente no lo recomendaría como plan familiar. El morro y el castillo San Carlos de la Cabaña, fui a la noche con mi hijito que se divirtió un montón viendo cómo recreaban un desfile típico de la época que terminaba con una salva de cañones, es genial ver La Habana desde ahí, de noche, reflejada en el agua. La fortaleza es del SXVI y funcionaba como centro de defensa . En la parte de abajo tiene la batería de los Doce Apóstoles (12 cañones) y desde la época colonial que se disparan a las 9 de la noche anunciando el cierre de las puertas de la ciudad hasta hoy; la antigua Droguería Johnson que es de 1914 y sigue ambientada de época con todos esos frascos antiguos divinos y que sufrió un fuerte incendio y reabrió en 2012 así que es de gran valor histórico su restauración y con pocos años de reabierta. Me encantó caminar por La Plaza mayor, el casco histórico y disfrutar de la arquitectura española, el Mercado de Libros y ahí compré bastantes usados para saber más de la Revolución. Podría estar horas contándote de La Habana …! Pero lo que quiero sobre todo decirte es que armes tu propio recorrido buscando tus intereses y emociones y que trates de hablar con la gente para que te cuenten qué ver fuera del circuito tradicional, y cómo sienten y viven ellos el SER CUBANO. La voz franca de la gente es una reflexión profunda, un replanteo, y me pregunto cómo sería el mundo ideal…? En dónde la vida sería perfecta? Creo que ningún lugar geográfico es completo, solo sucede en nuestro corazón.


EL MEJOR CAYO, ENSENACHOS
Elegimos ir de La Habana a Ensenachos por tierra. El camino era increíble, en muy buen estado y construido sobre el agua. Una ruta celeste de izquierda a derecha que nos llevó directo al Cayo en donde solo había un hotel, el Iberostar Ensenachos, el más nuevo y más lindo. Según me dijeron era el único en la isla. Creo que estaban en lo cierto que Ensenachos era un Cayo-Paraíso Podríamos haber ido en avión (los rusos de los años 50´) pero nuestra elección fue ir por tierra (mamá precavida vale por dos jajajaj).
Después de 4 horas de ruta que pasaron volando por todo lo que charlamos con nuestro chofer y el paisaje alucinante que nos rodeaba, llegamos a nuestro paraíso.

Y yo… no pude resistirme a cerrar bien los ojos, que todo flote y fluya. A estirar las piernas, poner los pies y las ideas en remojo y disfrutar la belleza íntima del mar más celeste que vi jamás.
Las opciones de comida en el Hotel, como en la mayoría de los All Inclusive es amplia, mucha cantidad (ay mamita la dieta!!!) y en distintos restaurantes. Nosotros elegimos el restaurant de playa y las opciones de almuerzo liviano. Mi menú favorito? Los langostinos a la plancha, recién cocidos, en el momento! Mmm, riquísimos, o la pesca del día. Y el de mi hijo…? El pollito asado, algo muy cubano.

Si además de La Habana querés conocer un Cayo-paraíso de Cuba tenés que venir Ensenachos ya! Y si te entregás a su naturaleza celeste sin más, con el corazón en la mano, no pasará desapercibido en tu vida. Ojalá hayas disfrutado este destino viajando conmigo y los míos, y armes tu propia La Habana, tu propio Cayo Ensenachos y le pongas tu propia melodía.
LA VUELTA VIA PANAMÁ

Nuestro vuelo fue por Copa Airlines que hace escala en Panamá, no hay casi vuelos directos desde Buenos Aires a Cuba, la mayoría son con escalas. La ida fueron unas pocas horas en el aeropuerto de Panamá, pero a la vuelta elegí hacer noche en Panamá! Nunca había estado ahí así que quería conocerla… Pero como suele suceder, una noche en una ciudad jamás alcanza para decir “Yo conocí Panamá” así que francamente mucho no conocí, pero sí descansé y alargué nuestra estadía en familia lo más posible, para llenarnos de mimos y energía del Caribe, antes de regresar a la jungla jajajaja.
Teníamos poquitas horas en la ciudad, elegimos dormir en el hotel Riu Plaza Panamá que fue un contraste totaaaal de donde veníamos porque era hiper archi moderno, divino también y ubicado junto al distrito financiero de Obarrio, cerquita de lo que llaman el World Trade Center Panamá , o sea… habíamos vuelto al lado capitalista del mundo.
Llegamos casi a la hora de cenar (ellos cenan muy temprano como en USA) y teníamos 4 restaurantes adentro para elegir , nos quedamos con la mejor opción, el bar de sushi del hotel! Mi hijo quería ir a la pileta! Él seguía en modo pez jajaja. Pero preferimos pedir un taxi y salir a dar unas vueltas a ver qué nos regalaba la noche de Panamá. El chofer del taxi nos hizo una especie de tour guiado por los principales puntos de interés (cercanos al hotel) y por lo que entendimos Panamá es lo opuesto a Cuba… un país con una economía que asegura lujo y consumo extremo!!
Así terminaban nuestras vacaciones… Una semana perfecta donde intenté dejar mis preocupaciones “pulpo” y me convertí en una especie de actriz de los años 50 viviendo su gran escena Hollywoodense en el Malecón de La Habana y luego, en Ensenachos, me convertí en sirena que aunque no soy muy fan del agua… tuve que acompañar a mi hijo que él la ama! Y no quería salir del mar ni de la pileta.
Acá te dejo más fotos de mis vacaciones en Cuba. Tengo miles de fotos y anécdotas más pero bueno… esto es solo un resumen.
Mi mensaje es: vayan ahoraaa! porque en unos pocos años (ya abrieron los vuelos desde EEUU) no sabemos cómo va a ser Cuba ni en qué película se va a convertir. Lo que ahora ES, me parece que vale mucho la pena verla y disfrutarla sin juzgarla. Tan solo sintiéndola y admirándola en su calidez, su humildad honesta y su particularidad. Cada uno sacando sus propias conclusiones con lo que ve, siente y también, recibe.
Hasta siempre Cuba. O hasta pronto…
#AndyClar






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