YO PASÉ AÑO NUEVO EN NY

Despedir el año en la Gran Manzana es una experiencia que nadie quiere perderse. Cynthia, una lectora del blog, me envió su relato en el último viaje que hizo a NY con su hermana para recibir el 2016 y nos cuenta todo lo que vivió la última y primera noche del año.

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Por Cynthia Cónsoli
Periodista de viajes. De General Alvear – Mendoza, vive en BA

No era mi primer viaje a la ciudad, que es mi favorita, pero sí el debut de mi hermana. Llegamos a NY el 28 de diciembre con una lista interminable de lugares para visitar, imperdibles, musts, mis propios pendientes y todo lo que sí o sí tenía que conocer mi hermana Luli en esos días. Y cargadas de ilusión porque íbamos a recibir el nuevo año en el escenario de todas nuestras películas y series favoritas: ahí mismo donde Harry le declaró su amor a Sally, donde Serena y Blair fueron a las espectaculares fiestas de Gossip Girl, donde Carrie corrió en pijama y tapado de piel bajo la nieve para llegar a abrazar a su amiga Miranda antes de las 12. Mejor imposible. Sin embargo, hay un par de detalles a considerar si te vas a embarcar en esta aventura.

El primer shock fue la cantidad de gente. ¡Jamás habíamos visto algo similar! Va mucho más allá de lo que estemos o no dispuestos a tolerar y si nos gustan o no las multitudes. Hay lugares por donde directamente no se puede circular. Este fue el primer obstáculo para sortear, ya que nuestro plan original era hacer un pantallazo por los lugares clásicos, pero era imposible acercarse al pino del Rockefeller, detenerse ante las magníficas vidrieras de Saks Fifth Avenue y otras tiendas de la 5ta Avenida y mucho menos hacer una cola para subir a un observatorio o a cualquier lugar que requiera de entrada. Lejos de apabullarnos, decidimos recalcular y optar por lugares menos concurridos. Hay que tener paciencia: a partir del 2 de enero las masas desaparecen (huyen del frío a Miami y Disney) y la ciudad queda libre para recorrerla cómodamente. Los primeros días, entonces, nos abrigamos hasta la nariz y salimos a pasear por el Central Park en bici (resultamos especialmente hábiles en el asunto de pedalear con tapados), hicimos algunas compras en el Soho y aprovechamos para disfrutar de los coffee shops de la ciudad, probando hot chocolate en todos lados. Recorrer cualquier rincón de la isla es un placer, la decoración es de ensueño en cualquier tienda, restaurante, parque y en las calles. La 6ta Avenida, Park Avenue, el lobby de un hotel, la Public Library. Todo te obliga a inclinar la cabeza y arrancar sonrisas y suspiros a cada paso.

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Nuestra gran incógnita era qué hacer la Nochevieja. No íbamos con ninguna idea fija, solamente descartamos de entrada la opción de la bola de Times Square porque nos pareció poco práctica, había que entrar temprano y quedarse ahí parado en pleno invierno. Preferíamos disfrutar del último día del año fuera de esas vallas, así que el 31 nos encontró con espíritu de improvisación.

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Arrancamos el último día del 2015 dispuestas a caminarnos todo. La temperatura estaba especialmente amigable. Bien abrigadas y equipadas con un selfie stick, estábamos listas y perfectas para tomar New York por nuestra cuenta. Partimos desde el hotel ubicado en el Midtown en dirección sur. Fuimos sin ruta y sin horarios y la idea era mostrarle a mi hermana algunos lugares de mis preferidos, donde me gusta comprar, comer, pasear y alimentar mis vicios.

Lo primero que nos llamó la atención fue la energía en las calles, la gente caminaba ultimando detalles como en cualquier lugar del mundo, pero el clima festivo estaba presente en todos lados. La diferencia entre turistas y locales era evidente porque los primeros circulan sin prisa y los segundos van apurados porque es un día laboral pero todo cierra antes. Ya en la mañana se ve gente de todas las edades con vinchas luminosas que dicen “Happy new year” y los típicos anteojos con el número del año nuevo. Todos se suman y se palpita la fiesta desde temprano. La primera parada fue en Eataly para recuperar calorías con café, un cake de oliva con pastelera de romero y un tiramisú que estaban alucinantes. Allí la gente recorría las góndolas comprando cosas ricas para su mesa de New year’s eve, así que nos tentamos con algunos dulces italianos para tener en la habitación del hotel. De ahí pasamos por Whisk, un bazar donde suelo comprar herramientas y chiches de pastelería que queda muy cerca y seguimos el periplo por Broadway hasta Union Square. Después de parar en las librerías de la zona y comprar libros para pintar con imágenes de NY, caminamos hasta la artística Jerry’s por nuestros lápices para completar el set. Mientras yo recorría los eternos pasillos de la tienda repletos de todo tipo de pinturas, óleos, papeles y colores, mi hermana Luli rapeaba con los chicos que atendían, que le enseñaron pasos con una onda imposible de imitar ¡Cosas que solamente pasan en esta ciudad!

Entre las compras, la caminata, las paradas para hacer fotos y los infinitos lugares que te entretienen en el camino, se nos pasó el horario de almuerzo y decidimos rumbear para Little Italy. Otra vez maravilladas disfrutamos de la decoración festiva a lo largo de Mulberry Street, con luces en rojo, blanco y verde, guirnaldas atravesando la calle, villancicos y música por todas partes. A pesar de que había mucha gente, no fue difícil encontrar mesa en una pizzería con lucecitas adentro, pizzas deliciosas, buen café y cannolis crocantes. Cuando salimos, ya estaba cayendo la tarde (es pleno invierno y oscurece temprano) y comenzaban a encenderse las luces en el barrio. También nos alcanzaban los destellos del vecino Chinatown. Ya el paso apurado de todo el mundo era notable y nosotras también emprendimos el regreso, parando cada tanto en tiendas de chucherías navideñas que empezaban a rematar adornos, farolitos y velas aromáticas a precios bajísimos.

En los subtes y en las calles, todo el mundo se quería acercar a Times Square, con o sin entradas para las fiestas. Las vallas limitan el acceso a la zona, pero en la periferia circula mucha gente, ya con las vinchas encendidas y hasta disfraces. Hay tanto movimiento durante la noche como a lo largo del día. Nosotras paseamos un poco por las tiendas comprando algo para estrenar, una cábala para la buena suerte que nos encanta cumplir. Cenamos temprano en un típico dinner de Lexington, nada fashion pero con unas sopas del día ideales para ese clima, postres y otras delicias, nos pusimos los anteojos con el número 2016 –¡donde fueres haz lo que vieres!- y empezamos a seguir a los grupos de gente que caminaban como atraídos por una fuerza invisible hacia el Central Park. Algunos, súper producidos para la ocasión, se desviaban hacia Plaza Hotel donde había un cóctel (la entrada ronda los U$S 150), y el resto, solos o en grupo, se sumergían en la noche del parque. Algunos con botellas de espumante y copas de cristal en las manos, otros con vasos humeantes de chocolate caliente, muchos con golosinas, casi todos con los celulares listos para registrar el cambio de año. Al llegar a la zona de la pista de hielo, cada uno buscaba un buen lugar para sentarse. Nos divertía descubrir voces de todos los idiomas en la oscuridad y hasta acentos del interior de nuestro país que sonaban alrededor. En ese contexto y entre esa cantidad de gente, reconocimos a nuestros amigos Fede y Sofi con toda su familia ¡una locura! Escalamos con ellos una roca del parque para tener una vista panorámica desde un punto más alto y esperamos el 2016. Diez segundos antes, se multiplicaron las voces en todo el espacio con la cuenta regresiva: ten, nine, eight, seven, six, five, four, three, two, one ¡Happy new year!

 

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New York's Times Square Hosts Annual New Year's Eve Celebration

Todas las miradas que se dirigían al sur del parque, esperando que algo suceda en las cercanías de Times Square, giraron porque los fuegos comenzaron a pintar el cielo a nuestras espaldas. Luces de colores estallaban en las alturas del parque frío, brumoso y negro, trazando diferentes dibujos anunciando con su sonido característico que ya estábamos oficialmente viviendo el 2016. El espectáculo duró varios minutos, se mezclaba con saludos y abrazos entre conocidos y desconocidos, silbidos, canciones, ruidos de cotillón, transmisiones en vivo a través de las redes sociales, choques de vasos y copas.

El festejo no dura tanto tiempo, hacia la 1 de la mañana ya los grupos de gente estaban saliendo del parque, guiando un poco el camino de todos a través de la 5ta. Avenida y mezclándose con la desconcentración de Times Square. La vuelta fue toda una experiencia a través de la avenida iluminada y decorada, con gente de todo el mundo alegre, enfiestada sacándose fotos hasta con la policía entre carcajadas. Pero en cuestión de minutos, las calles de la ciudad Nueva York quedaron casi desiertas, ¡no es una noche de trasnoche eterna como estamos acostumbrados acá! Mi hermana y yo volvimos al hotel, buscamos nuestros libros y lápices de colores nuevos y los dulces que habíamos comprado, y terminamos la primera noche del año con un café, pintando en el lobby del hotel, al son de la banda de jazz que le puso música a uno de nuestros recuerdos preferidos desde ese momento para siempre.

 

Para tener en cuenta:

– El abrigo. A nosotras nos tocaron temperaturas atípicas y se podía caminar perfectamente con la misma ropa que usamos acá con mucho frío. Tuvimos un par de días de frío extremo, de unos -20°, y recurrimos a vestirnos por capas y reforzar con calzas y medias térmicas, botitas Ugg, gorro, guantes y bufanda siempre. Adentro de todos los lugares la calefacción está muy alta y te vas sacando capas de a poco.

 

Si querés ver cómo abrigarte en NY en invierno no dejes de leer la nota Qué llevar en la valija de Invierno a NY.

 

– Los precios bajan muchísimo después de la noche de año nuevo. No ataques las tiendas los primeros días.

– La opción del recibir el año nuevo en el Central Park condensa el equilibrio de una fiesta atípica compartida con otra gente pero con la libertad de poder llegar a último momento, moverse libremente y en un contexto abierto. También hay lindas vistas desde el Brooklyn Bridge, New Jersey y Brooklyn.

 

– El 31 de diciembre, la mayoría de las tiendas cierran a las 18:00h.

 

– Muchos restaurantes tienen menú especial de año nuevo con reserva previa.

 

Si querés ver distintas opciones de cena no dejes de leer la nota de los restó favorito de Jessica Lekerman  y otros especialmente recomendados para Navidad y Año nuevo

 

Y si querés viajar a NY para vivir el año nuevo vos, no dejes de ver el paquete que hicimos para que viajes y disfrutes uno de los momentos mas hermosos de la ciudad con quien vos quieras, tu familia, tu pareja o amigas! Pero con un poquito del espíritu de #ChicasenNY. Ver nota acá.

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